Este 26 de mayo culmina la presentación de la obra Dale recuerdos XXXIII (Je pensé á vous) en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes. Con la dirección de La compagnie des Hommes del teatrista francés Didier Ruiz, el espectáculo nos muestra la memoria y la vida en los rostros de 6 actores, formados en talleres de la tercera edad, quienes presentan realidades con las que el público cubano logra identificarse.
La obra forma parte de las últimas jornadas del Mes de la Cultura Francesa en Cuba. Con puesta en escena de Didier Ruiz y coordinación de Mercedes Ruiz, Dale recuerdos XXXIII nos trae las historias de nuestros padres, abuelos, del amor de la familia, muertes inesperadas, los miedos, la soledad, el perdón, los amores de la juventud, recuerdos del mar, del campo o de la ciudad.
Al compartir los matices de la obra, su autor apuntó la suerte de volver a La Habana, esta vez con una presentación en la que también pudo interactuar con cubanos y cubanas, personas de la tercera edad, quienes cuentan sus historias desde el sentimiento, desde la verdad.
¿Qué expectativa tiene con esta presentación?
“La emoción que tuve con ellos, si la puedo compartir con un público más grande creo que he hecho mi trabajo y si puedo hacer pensar sobre la vida en Cuba, pero también sobre la vida en general, si el teatro hace pensar; lo hemos logrado todo”.
¿Cómo ha sido el trabajo con personas de la tercera edad a la hora de la puesta en escena?
“Súper fácil, muy alegre. Los seleccionados me parecían que habían entendido muy bien el proyecto y podían hacer el trabajo. Entienden perfectamente la obra que realizamos juntos”.
Sobre el título de la obra, Ruiz destacó que Dale Recuerdos XXXIII es porque este constituye el número de la función que se lleva a cabo en La Habana, el artista ha viajado con esta obra a 32 ciudades diferentes desde 1999 y arriba a esta edición siempre con las emociones a flor de piel por la actuación de los protagonistas, que forman parte de la historia de esta isla también.
Resalta, además, que la diferencia mayor que el teatrista observa en relación con actuaciones anteriores es que los protagonistas son los últimos que pueden testimoniar un antes de la Revolución, pues quizá de aquí a diez años ya no tendremos estas historias. El artista francés confiesa sentirse privilegiado por vivir estas realidades y acompañar a los actores para mostrar al público sus recuerdos.
Dale Recuerdos XXXIII inicia un viaje en el tiempo con fotografías de desconocidos y culmina con las mismas instantáneas convirtiendo al público y los actores en cómplices de historias de vida, de la familia, del amor, de los desencuentros.
De acuerdo con el autor, las vivencias hablan de una ilusión, de una juventud. El mensaje que transmite la obra no es más que: “Recordar de dónde venimos y el momento que vivimos en el presente, esa es la vida”.
Didier Ruiz se confiesa un enamorado de La Habana y presentar esta obra en el Museo Nacional de Bellas Artes es para él un gran honor.
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