Fernando Inclán Lavastida, el historiador de Marianao I


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Fernando  Inclán Lavastida, Historia de Marianao, Edición de 1943.

En víspera de la celebración del 500 aniversario de La Habana y por el Día del Historiador, fue presentado aquí una aproximación a la historiografía de Fernando Inclán Lavastida, investigador de la ciudad de Marianao que en julio de 1961 ingresara a la Academia de la Historia de Cuba en condición de miembro correspondiente. ¿Quién fue Inclán Lavastida?, ¿qué lugar ocupó en el tejido social marianense?, ¿cuáles fueron sus motivaciones por la historia y sus referentes teóricos metodológicos?, ¿qué caracteriza la producción y socialización de sus resultados?, ¿cuáles sus principales aportes?

Dentro de la producción historiográfica de Fernando Inclán Lavastida un lugar significativo lo ocupa el texto Historia de Marianao: De la época indígena a los tiempos actuales, publicado en 1943 por la Editorial El Sol, con sede en la antigua calle Máximo Gómez no. 117 en esta localidad. Como su título indica, se trata de un ambicioso proyecto en el que autor apuesta por la construcción de una historia sin precedentes en la localidad al abordar un arco temporal con límites en la ocupación del territorio y la formación de los primeros asentamientos poblacionales hasta el año de su publicación. Historia de Marianao…, no solo es la obra cumbre de Inclán Lavastida, sino también de la historia local, un texto de obligatoria consulta por estudiantes e investigadores.

Caricatura a Fernando Inclán Lavastida publicada en El Sol.

En marzo de 1943, mientras Inclán ultima los últimos detalles de la obra y con el objetivo de sensibilizar a las instituciones responsabilizadas con la enseñanza de la historia en el territorio para su financiamiento, El Mundo publica una entrevista realizada por el periodista San Pedro al historiador marianense que revela importantes aspectos para comprender historiográficamente el quehacer de Inclán Lavastida.

Acerca de las motivaciones, comenta el propio Inclán: “Yo siempre fui aficionado a las investigaciones históricas. Por otra parte, la carencia de una historia local me animó a acometer el proyecto, mucho más teniendo el ejemplo de pueblos de inferior desarrollo al nuestro, como Mantua, San Antonio de los Baños, Guanabacoa, Cárdenas, etc., que ya tienen la suya” (1). De modo que, Historia de Marianao forma parte del movimiento historiográfico reinante en las patria chicas de la Isla, movimiento que se corresponde con el proceder en las ciudades americanas y europeas que desde la municipalidad asumen el reconocimiento y defensa de su patrimonio cultural como expresión identitaria. Obsérvese que ha referido Inclán a Mantua, conjunto urbano que adquiere su condición de Monumento Nacional el 3 de septiembre de 1935. (2)

En relación con los antecedentes de una historia local en Marianao argumenta Inclán al periodista: “Lo que se llama una historia formal, no existe. Lo que hay son algunas noticias generales, como los datos históricos de Pezuela. Antes que yo, varios marianense ilustres, realizaron investigaciones asiladas, pero nada más”.

Al calor de la municipalización de esos años, la defensa del patrimonio cultural producido en cada municipio y los debates de la enseñanza de la historia local como estrategia de afianzar la identidad, no es fortuito la valoración que sobre la historia entregada por Inclán hace el propio San Pedro: “Era necesario puesto que ha de ser el único texto disponible de historia local, cuya enseñanza es obligatoria por la nueva constitución. Es de esperarse, pues, que el Municipio o la Secretaría de Educación presten calor oficial a un proyecto que tanto significa para la enseñanza y la cultura en Marianao”.

Entre abril y mayo de 1943 salió a la luz Historia de Marianao. El prólogo, escrito por el doctor Rubén Alfonso Quintero el 6 de enero de ese año, permite destacar algunos de sus rasgos. Destaca Alfonso Quintero, en primer orden, el interés y la necesidad en esos años de conocer la historia local, una modalidad de la historia que define como punto medio entre la historia general y la nota biográfica, en una narración que, “en su convencionalidad”, permite apreciar los acontecimientos históricos. Y es aquí uno de los elementos que van a distinguir la producción historiográfica de Inclán Lavastida: aun cuando se proponga entregar una historia general, serán los acontecimientos históricos los que determinen el ritmo de su obra, énfasis notable, incluso, en la estructura del libro.

Los acontecimientos históricos locales, inexplicables al margen del contexto regional o nacional, conllevan al investigador a mantener una conexión directa entre uno y otro, postura que destaca el prologuista al indicar, en segundo lugar, los aportes que este tipo de historia hace a la historia nacional, considerando aquella (la historia local) como “un eslabón de la cadena de episodios y luchas nacionales” que, en el caso de Historia de Marianao, al decir de Alfonso Quintero: “Nos transporta a las épocas turbulentas y heroicas de nuestras gestas emancipadoras, dándonos en su conjunto, una impresión de vivo realismo, de verdadera revivencia de aquellos esfuerzos liberativos” (3). Aunque destaca la destreza en hilvanar los momentos de la región en una “viva y emocionada narración histórica”, no le ha sido posible dejar de señalar el esfuerzo del autor “por mantener un equilibrio entre el episodio de la guerra de Independencia y la constitución del municipio”, por solo citar un ejemplo.

El tercer elemento, de suma importancia para el análisis propuesto en este trabajo, está relacionado con el proceder metodológico de Inclán con el manejo de fuentes y la eticidad que asume ante el contenido de las mismas. Para sorpresa de los criterios válidos en las investigaciones de las ciencias sociales y humanísticas contemporáneas donde resulta vital el papel del sujeto en el proceso de investigación, apunta Rubén Alfonso: “Una nota difícil, que con magistral tacto ha superado su autor, es el juicio sereno, imparcial en sus apreciaciones; su exactitud en todos aquellos momentos en que la balanza de las idiosincrasias pudiera desviar la opinión sensata y responsable”, al tiempo que argumenta “Se valora esta apreciación considerando la dificultad derivada de la ausencia de una perspectiva que, solo la lejanía del tiempo puede proporcionar”.

¿Bastaría el manejo de fuentes primarias para probar la cientificidad de los resultados? “Ese contacto directo con los documentos más importantes de cada época, han dado a esta obra un carácter que lo aleja de todo error histórico o apreciación infundada” y confirma de forma tácita Rubén Alfonso “La «Historia de Marianao» no se ha escrito con leyendas, sino con datos y documentos”. Lejos está el prologuista, como el propio Fernando Inclán Lavastida, de la tesis demostrada por Marc Bloch finalizando los años 20 e inicio de la década del 30: “el error, la imprecisión y la mentira se encuentran presentes en prácticamente la totalidad de los documentos con los que trabaja un historiador” (4), al tiempo que, desde la psicología social, encuentra en los mitos, leyendas populares y creencias sociales colectivas espacios para franquear los errores individuales implícitos en dichos materiales.

A modo de cierre, en base a la importancia de la enseñanza de la historia, se anuncia como antecedentes los trabajos realizados por Ramón Díaz, profesor de Instrucción Pública (5) y se reafirma la incuestionable importancia y trascendencia del texto pues “no contaba Marianao hasta el presente con una obra similar que esbozara el desenvolvimiento de su pasado y una panorámica visión de su presente”, hecho que revela su utilidad no solo para investigadores y maestros sino para los todos los habitantes del municipio.

Boletín fundado por Inclán Fernando Lavastida. Historiador de la Ciudad de Marianao.

En el caso de la Introducción, declarada como “Prefacio”, Inclán declara los aportes que hace su libro al “desenvolvimiento de la cultura local” y, a su vez, a la “historiografía nacional”, para continuar luego con los referentes teóricos metodológicos que le han servido de guía en su investigación:

Solo con la verdad hemos trabajado. No ha sido nuestra pretensión la de encumbrar ídolos ni la de levantar pedestales. A un gran principio hémonos ajustado fielmente; el principio que según el historiador rumano Xenepol, precisaba respetar con todo rigor para que cualquiera obra de esta índole pudiera aspirar al título de historia; el de ofrecer una imagen toda la exacta posible de la realidad pasada “para dilucidar la verdad de entre las nieblas voluntarias o involuntarias que la rodean.

Si ha confesado Inclán a su amigo San Pedro ser aficionado a la historia, en verdad su apasionamiento por ella le ha aproximado a los debates epistemológicos que están en boda en el primer cuarto del siglo xx en Europa, solo que dentro de ellos, al margen del tipo de historia divulgada por el historiador francés Marc Bloch (1886-1944) durante el periodo 1912 y 1941, con centro en el modelo de una historia interpretativa y crítica (6), opta por una historia tradicional y positivista; de ahí la aguda reflexión que sobre el equilibrio “entre el episodio de la guerra de Independencia y la constitución del municipio” ha hecho el prologuista, apreciación de la que audazmente se defiende Inclán en la introducción con las siguientes palabras:

No ha sido nuestro propósito el de rodear a la historia local de la característica de una simple exposición de hechos políticos o sucesión de gobernantes municipales, etc., sino hemos dedicado preferencia a estudiar –válganos la expresión del profesor español Altamira- “los hechos todos del sujeto”. Quizás ese propósito no ha sido cumplidamente alcanzado; pero él, al menos, ha sido nuestro gran inspirador.

Boletín Mayanabo. Fundado por Fernando Inclán Lavastida, Historiador de la Ciudad.

El inspirador principio de abordar “los hechos todos del sujeto”, sin embargo, encuentra paralelo en la “vasta y acertada definición de [la Historia como] «ciencia de la obra de los hombres en el tiempo»” ofrecida por Bloch y destacada recientemente por el investigador Carlos Antonio Aguirre Rojas en su trabajo “El itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso con su propio presente” (7), hecho que se contradice con la franca filiación del investigador marianense a una de las tendencias señaladas. En tal caso, ¿podría el compromiso del historiador con su propio presente, por un lado, y la realidad en la que late su objeto de investigación, por el otro, ser la causa de una expresión de desbalance entre el propósito y los resultados ofrecidos por Inclán en Historia de Marianao?

En relación con el manejo de fuentes primarias como signo de rigurosidad científica comenta Inclán en la introducción: “Toda nuestra exposición está asentada sobre la base de una severa investigación. Para ello hemos ido al estudio directo de las fuentes, exigencia principal, según Seignobos, para la realización del mejor método histórico”. ¿Se debate Inclán entre la tesis de que “el buen historiador se hace en los archivos” y la concepción de la historia como ciencia configurada a partir de debates teóricos, epistemológicos y metodológicos indicados por Aguirre Rojas? (8) Téngase presente que a sus argumentos ha llamado “el principio y el método sobre los cuales se ha afincado todo nuestro esfuerzo intelectual”.

 

NOTAS

(1) El Mundo, La Habana, miércoles 25 de marzo de 1953, p. A-2. Museo Municipal de Marianao. Centro de Documentación, Recortes de prensa.

(2) “La red de museos en aniversario. ¿Conmemoración o recapitulación? (II): Monumentos nacionales y locales”, Cf. Emilio Roig de Leuchsenring: Veinte años de actividades del Historiador de la ciudad de La Habana 1935-1955, t. 3, pp. 274–275.

(3) Tanto para las referencias del Prólogo, de Rubén Alfonso Quintero, como el de la Introducción del texto, de Fernando Inclán Lavastida, se ha utilizado la 1ra edición de Hitoria de Marianao, publicada por la Editorial El Sol en 1943, conservado en el Centro de Documentación del Museo Municipal de Marianao

(4) Carlos Antonio Aguirre Rojas: “El itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso del intelectual con su propio presente”, p. 109.

(5) Llama la atención que no confiese Inclán el texto de José Francisco Rodríguez: Historia del Distrito Municipal de Marianao, publicado en 1884.V.: María Cristina Valle Valle y María del Carmen Murvieta Méndez: “Vida cultural y prensa. El periódico El Sol como difusor de la cultura en el Municipio”, p. 1, [s/f] en Museo Municipal de Marianao, Centro de Documentación, Carpeta V, no. 11.

(6) Carlos Antonio Aguirre Rojas: Ob. cit., pp. 106-107.

(7) Ibíd., p. 98

(8) V.: Carlos Antonio Aguirre Rojas: “Carlos Marx y el aporte todavía vigente del marxismo para las ciencias sociales del siglo XXI”, pp. 17-18. En este texto declara su autor dentro de las tareas esenciales de la historia de la historiografía “precisamente en estudiar, analizar y reconstruir esas múltiples tradiciones intelectuales, junto a esos debates, teorías, conceptos, paradigmas y modelos utilizados por los distintos historiadores en el ejercicio cotidiano de su oficio” [nota 4].

 

BIBLIOGRAFÍA

Aguirre Rojas, Carlos Antonio: “Carlos Marx y el aporte todavía vigente del marxismo para las ciencias sociales del siglo XXI”, en su Retratos para la historia. Ensayos de contrahistoria intelectual, pp. 11-34, Editorial ICAI, La Habana, 2010.

____________: “El itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso del intelectual con su propio presente”, en su Retratos para la historia. Ensayos de contrahistoria intelectual, pp. 93-127, Editorial ICAI, La Habana, 2010.

Castells Oliván, Manuel: La cuestión urbana, Ed. Félix Varela, La Habana, 2003.

Inclán Lavastida, Fernando: Historia de Marianao, Editorial El So, Marianao, 1943.

Roig de Leuchsenring, Emilio: Veinte años de actividades del Historiador de la ciudad de La Habana 1935-1955, Oficina del Historiador de la Ciudad, 4t., La Habana, 1955.

Romero, José Luis. "Reflexiones sobre la historia de la cultura", Imago Mundi, (1), setiembre de 1953. http://jlromero.com.ar/publicaciones/reflexiones-sobre-la-historia-de-la-cultura. Acceso: 27 de febrero de 2017.

____________: Latinoamérica: las ciudades y las ideas, Ed. Siglo xxi Editores, Argentina, 1986.

Tamames Henderson, Marcos Antonio: “La red de museos en aniversario. ¿Conmemoración o recapitulación? (II): Monumentos nacionales y locales”, Cubarte, La Habana, 5 de febrero de 2016. www.cubarte.cult.cu/es/.../la-red-de-museos-en-aniversario.../36306.

Valle Valle, María Cristina y María del Carmen Murvieta Méndez: “Vida cultural y prensa. El periódico El Sol como difusor de la cultura en el Municipio”, p. 1, [s/f], en Museo Municipal de Marianao, Centro de Documentación, Carpeta V, no. 11.


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